El primer cementerio que la historia cucuteña relaciona es el de San Luis en 1.770, lugar donde se desarrolló el primer asentamiento humano de la ciudad. De otro cementerio antiguo  del que hay registro es el de La Vega, cuando el terremoto de 1.875 trasladada la sede del Distrito de San José al sitio La Vega (actual, vereda El Pórtico el corregimiento San Pedro), hay documentos que señalan la existencia de un registro en ese lugar. En varias actas de defunción después de la catástrofe del 18 de mayo de 1.875, están las evidencias. El sitio que para la época  sirvió de cementerio es el que actualmente está al lado de la hacienda El Resumen.

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En el Registro Municipal de la Alcaldía de Cúcuta hay referencia de un antiguo cementerio que para 1881, funcionó donde actualmente está el corregimiento Carmen de Tonchalá. En 1879, pocos años después del terremoto, la ciudad vivió la epidemia de fiebre amarilla. Para ese entonces ya existía un cementerio en Cúcuta, pues los hechos nos dicen que a raíz de la epidemia, el Consejo, ordeno cerrar el cementerio de “El Llano” que estaba ubicado entre la calle 6ta y 7ma, y las avenidas 9na y 10ma.

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Al iniciar 1886, funcionaba el cementerio de Carora, que se construyó en los extremos de las calles 3ra y 4ta, al occidente de la avenida 10 y que subsistió por cerca de 10 años, hasta que se dio origen al que la ciudad ha conocido siempre como Cementerio Central. El 20 de mayo de 1884, la comisión nombrada por el concepto y compuesta por el Alcalde Santiago Jordán, los señores Domingo Díaz, Arístides García – herreros, Rafael Antonio Ramírez y Félix Hernández, escogieron el sitio en la planicie inclinada que quedaba al occidente de la población, entre el callejón grande, el camino que conduce a San Cayetano por el norte, y la colina que domina esa planicie por el occidente, y acompaño el plano elaborado por Francisco de Paula Andrade, y que actualmente corresponde a la calle 15 con avenida 17, barrio El Contento.

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El Cementerio Central fue creado por disposición del concejo, como consecuencia del cierre del de Carora. Fue construido por el connotado maestro Pedro Tobías Vega y está ubicado en la parte final de lo que los cucuteños llaman “el camellón del Cementerio”. El 27 de septiembre de 1897, Samuel Darío Maldonado en informe rendido al Concejo, manifestó que no había inconveniente en destinar el área del cementerio de El Llano para la construcción de casas, siempre que los restos que aún existen sean extraídos de sus fosas e incinerados luego o trasladados al osario del nuevo cementerio. El Acuerdo 14 de 8 de julio de 1926, dispuso la adaptación del sitio donde estuvo el cementerio de Carora para una plaza pública que se llamaría Plaza de la Fundación.

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De esa época, dice “Beto” Rodríguez, cronista cucuteño, que hacia 1900, después de clausurado el cementerio de “El Llano”. Potreros contiguos que se extienden hasta el actual parque Mercedes Abrego, eran sitios en donde pernoctaban los espíritus; leyenda, creencia o tradición que subsiste, pese a que en 1913, centenario de la muerte de la heroína Mercedes Agrego, el lugar se embelleció y dio lugar al parque de su nombre. Por costumbre religiosa o por norma, los cementerios han tenido la jurisdicción de la iglesia católica.